La marcha o la zancada al correr puede evaluarse mediante dos técnicas biomecánicas modernas: cinemática (movimiento) y cinética (fuerza). La naturaleza compleja del ciclo de la marcha requiere sistemas de medición avanzados, como placas de fuerza para las reacciones al suelo, goniómetros para los ángulos articulares y UMIs que capturan la aceleración de los segmentos de las extremidades para obtener resultados precisos. Por ejemplo, identificar la pronación en el ciclo de la marcha de un paciente con dolor crónico de espalda podría resultar en una rotación lumbar excesiva. Esta evaluación del movimiento sugeriría el uso de zapatillas de control de movimiento u ortesis personalizadas diseñadas para inmovilizar el pie y reducir los movimientos compensatorios de la columna vertebral. En la ciencia deportiva, estas evaluaciones son necesarias para que los atletas puedan rendir al máximo, ya que la mecánica de la zancada se optimiza para limitar el uso de energía y maximizar el empuje, con ajustes biomecánicos que pueden mejorar la velocidad de carrera en un 2-3% en algunos casos.